Álamos, 38

Palacete de los Livermore


La construcción del Palacete Álamos 38 data del siglo XVIII, su origen se remonta al año 1721 tras un acuerdo del Cabildo Municipal. El Ayuntamiento concedió gratuitamente los terrenos comprendidos entre las Puertas Nuevas y de Granada a los interesado en edificar en ellos, poniendo un par de condiciones: Cubrir la zanja de la muralla y que dejasen una anchura de cuatro varas en cada alcantarilla para prevenir en caso de inundaciones.
Muchos fueron los propietarios de estos terrenos hasta que se iniciaron as construcciones. En 1768, tras la muerte del regidor D. Mateo Sedeño y Guadiel, son heredados por la Congregación de San Felipe Neri. De esta pasa a manos de Joaquín de Zistos que a su vez la vende a D. Bernabé Enríquez de Mendoza en 1772 por 6000 reales de vellón.
Este construyo una casa adosada a la vieja muralla medieval, con almacenes anexos para la conservación de los materiales. Poco tiempo después en 1774 D. Bartolomé de Urbina y Guazo caballero de la Orden de Santiago y teniente Coronel del Regimiento de Milicias de la ciudad adquiere la propiedad de la vivienda, murió durante la Guerra de los Pirineos en 1794, dejando la casa y las indicaciones pertinentes en caso de su fallecimiento a su esposa Doña Manuela Josefa Gayoso y Araujo.
Al no tener descendencia Doña Manuela cedió la casa a la Congregación de San Felipe Neri, que se produjo el 17 de Agosto de 1804.
La Congregación arrendó la propiedad a la familia Livermore, donde pasaron la mayor parte de su vida.
La familia Livermore dejo la casa poco antes de la desamortización de 1836 que produjo la requisición de la propiedad a los filipenses, que paso directamente a la Administración de Bienes Nacionales.
Unos años mas tarde la adquiere el nuevo Instituto Provincial de Segunda Enseñanza, que se la alquilo a D. Laureano García y al militar D. Félix de Llanos.
A principios del siglo XIX la habitaron los Padres de la Compañía de Jesús y durante los primeros años del XX residían las dependencias del Cuerpo de Seguridad por lo que muchos la conocían como el "cuartelillo".
La fachada es de estuco rojo, amplios ventanales que conservan la estructura original, a pocos metros de la entrada se encuentra el original y romántico patio andaluz donde se encuentra la preciosa fuente del Siglo XVI, bajo un escudo de Liverpool, y una columna romana de orden dorico en el centro del mimo.